MURCIANOS EN BARCELONA

Se jueron pa Barcelona
en el tren “Transmiseriano”
huyendo de la probeza
que había en aquellos años
y que hundía en la miseria
a tanto y tanto murciano.

Poco a poco, con pacencia
se nos jueron integrando
anque tuvián que sufrir
los angores del rechazo
y la ilusión, munchas feces,
treminara en desengaño.

En las casas rigionales
angunos s’arrejuntaron
pa vivir, anque a raticos,
en un ambiente murciano
y pa leer en la prensa
lo que pasaba aquí abajo,
en este roalico e tierra
que con lárimas ejaron.

Jueron pasando los días,
jueron pasando los años…
los casaos tuvieron críos
los solteros se casaron
unos pocos se gorvieron
pero los más, se quearon
y sólo gorvían por fiestas
der puebro, o pa ver er Bando,
y tamién, de tarde en tarde,
anguna vez pa Tosantos.

En las fiestas de sus puebros
los esfisabas sentaos
pa beberse un vaso horchata
con cascaruja, y, de paso,
esfisar la proseción
y saludar amigaos
que de críos conocieran
y que vieran de año en año.
Al terminar el castillo
se iban a liar el hato
pa gorverse a Barcelona
a otro día bien trempano
pa poer, enseguidica,
incorporarse al trebajo
y, dimpués, a pasar días
tós los menutos pensando
en ascuchar las campanas
de su puebro al otro año.

Dende que p’allá se jueron
tantas yerbas han pasao
que, de tuica aquella gente
ya mu pocos van queando
y son ya tan viejecicos
que no están pa estar viajando
y sólo vienen pa Murcia
cuando duermen, ensoñando,
o cuando, ispiertos, los probes,
piensan en su puebro tanto
que se creen qu’están, en fiestas,
frente a la Ilesia, sentaos,
bebiéndose un vaso horchata
con cascaruja, y, de paso,
esfisando, allí en la plaza,
la proseción, amigaos,
y tuico lo que, pa siempre,
en su Murcia s’han dejao.

Juan José Navarro Avilés